Querid@s tod@s:
Hace tiempo que tenemos ganas de compartir con vosotr@s nuestra experiencia en Brasil en las Comunidades que tienen allí las Hijas de la Cruz. Hemos estado allí este verano, Ainhoa y yo, aprovechando nuestras vacaciones en el cole y hemos vivido y sentido algo que es dificil contar con palabras. Intentamos hacerlo pero hay tantas cosas que se escapan, que hemos sentido día a día, que hemos aprendido, que hemos compartido...y nos es tan difícil transmitir...pero lo vamos a intentar.
Se que lo que vais a leer o ver es algo bastante personal, a veces muy duro, otras entrañable, pero yo tengo la necesidad de compartirlo. Al fin y al cabo muchos de vosotr@s habéis influido en mi decisión de vivir estos momentos, que no puedo definir de modo explícito, pero que han sido felices y de ellos he aprendido bastante. Solo puedo dar las gracias por ello a todos los que de una manera u otra me han acompañado en ese viaje con su presencia o desde la distancia.
Lo haremos a modo de novela con distintos capítulos, ¿¿de acuerdo??
Empiezo con un texto que os cuenta el por qué de vivir esa experiencia y de manera general cómo la he vivido.
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